Lo primero que observamos al abrir la caja del juego son muchos barcos, y sus respectivas velas en matrices de 3, todo ello en plástico, para representar los diferentes navíos, con una hoja de adhesivos para poder identificarlos, con el número correspondiente a su ficha de resumen de características, en lugar de las piezas de cartón que acostumbran a conformar los clásicos wargames. El sistema de dados es realizado exclusivamente con 6 dados por jugador (salvo el Santísima Trinidad que puede llegar a disparar con 7 dados a quemarropa), con lo que antes de jugar nos esperábamos un sistema ágil y dinámico que confirmamos al realizar nuestra primera toma de contacto con el juego.
El reglamento, de 32 páginas en tamaño A4, está bien estructurado, claro y con algunas ilustraciones de ejemplo para entender el sistema de juego en una primera lectura,pero una segunda lectura puede os ayudará a memorizar y sistematizar un poco más, si cabe, el orden de fases y la mecánica general de juego para jugar más rápido. Además del reglamento, la caja incluye el primer capítulo del libro Historia Militar acerca de Navíos de Línea, Trafalgar 1805, un apasionante capítulo acerca de esta batalla.
El juego dispone de una hoja de control para el seguimiento de los diferentes turnos de juego, así como de una hoja que contiene todas las tablas de uso durante el juego, como combate, impactos críticos, abordajes, amarre, rendición y hundimiento, colisión y clavar bandera, unas tablas que serán de una enorme utilidad en el acompañamiento de nuestras primeras partidas.
El juego incorpora además fichas de resumen de características de los navíos que intervinieron en la batalla, muy útiles y de rápida consulta durante el juego.
Además dispone de diferentes marcadores de estado de las unidades, recarga de cañones, abordajes, rendición y hundimiento de barcos, resistencia al movimiento, plantillas de artillería, o medidores de distancia para realizar los movimientos de las unidades.
El tablero de juego está formado por 9 fantásticas piezas de cartón grueso, a diferencia de los clásicos wargames con tableros de papel, algo que está francamente bien y que confiere un aspecto diferencial a este juego. Una de estas piezas contiene la rosa de los vientos que tan necesaria será tenerla a la vista, para conocer la influencia del viento en el movimiento de los navíos, durante la partida. El tablero se podrá configurar de diferentes maneras, aunque siempre deberéis tener en cuenta adaptarlo al tamaño de las flotas que intervendrán en la batalla.
Mecánica
El juego tiene una mecánica asequible con turnos por iniciativa que se dividen en fases de Combate, de Movimiento y la de Marineros, esta última comprendida por verificar hundimientos y rendiciones, calcular amarres y abordajes, eliminación de palos caídos, apagar incendios y verificar capturas tras los abordajes